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Razones por las cuales se divorcian las parejas

Un reciente estudio de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) recoge algunas de las principales causas de las rupturas matrimoniales. Veámoslo con más detalle.

En ocasiones el amor no dura para siempre. Pero, cuando una pareja se casa, lo normal es que ambos miembros esperen que su unión sea para toda la vida (salvo los matrimonios por interés), y de ahí el importante compromiso inicial de fidelidad e indisolubilidad, particularmente cuando se contrae matrimonio por la Iglesia.

Lo que ocurre es que, a lo largo del tiempo, o por otras circunstancias, pueden darse situaciones que hagan entender a las dos partes de la pareja, o a una sola, que seguir juntos resulta contraproducente y parece que ya no tiene sentido. Es entonces cuando la idea del divorcio aparece sobre la mesa. Pero, ¿cuáles son las principales razones por las que se separan las parejas españolas?

Un reciente estudio de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) recoge algunas de las principales causas de las rupturas matrimoniales. Veámoslo con más detalle.

Error en las cualidades del otro.

Este es uno de los capítulos por los que frecuentemente se insta la Nulidad Canónica. Requiere que uno de los contrayentes se haya casado principalmente por creer que al otro le adornaban ciertas cualidades, y luego se revela que no es así, pudiendo haberse tratado de una simulación o engaño que ha inducido a un grave error. Por ello este apartado también puede considerarse como un defecto en el momento de prestar el consentimiento, que legitimaría para instar la nulidad, hasta el punto de que esta declaración vendría a suponer que el matrimonio si siquiera ha llegado a existir.

Malos tratos.

La persona que es objeto de malos tratos, tanto si son físicos como psíquicos (vejaciones), no solo está legitimada para decidir separarse, sino que debería hacerlo tan pronto sea consciente de ello. Uno de los problemas es que la persona maltratada muchas veces ni siquiera lo reconoce, e incluso piensa que puede ser culpable. Muchas veces es el entorno quien ayuda a tomar conciencia de esta lacra y, en ocasiones, antes del divorcio media la correspondiente denuncia penal por malos tratos, que conlleva medidas cautelares expeditivas, como son la inmediata expulsión del agresor del domicilio familiar, orden de alejamiento y protección, así como el establecimiento de las contribuciones económicas que se estimen oportunas.

Desgaste de la relación.

Es posible que esta sea la causa que más divorcios genera. No son pocas las parejas que se dan cuenta de que su relación actual dista mucho de cómo era en un primero momento. Aunque el amor cambia y evoluciona, a veces esa evolución supone un distanciamiento.

Los problemas en el trabajo, el estrés asociado a la crianza de los hijos, la falta de comunicación y de tiempo de calidad que pasar juntos, acaban provocando una sensación de indiferencia hacia la pareja.

Desenamoramiento.

A veces, antes de que llegue ese desgaste (o mientras este se produce), se da una situación de desenamoramiento.

Aunque muchos asimilan este desenamoramiento con la presencia de una tercera persona, no tiene que ser necesariamente así.

Infidelidad.

Puede ser que la infidelidad esté ligada con esa falta de amor a la que acabamos de hacer referencia, pero hay casos de personas “enamoradas” que aun así engañan a sus parejas.

Una infidelidad es una traición muy difícil de superar, por lo que en muchos casos acaba desembocando en una ruptura matrimonial. Si no en el primer momento, sí con el paso del tiempo. Las separaciones por este motivo son particularmente traumáticas debido al sufrimiento que producen, que muchas veces se transforma en auténtico odio permanente hacia la persona infiel.

Dificultades económicas.

Hay un dicho popular referente a que “cuando el dinero sale por la puerta el amor salta por la ventana”. No son pocos los casos de parejas que han llegado al punto de ruptura a causa de sus problemas económicos. La deficiente o irresponsable administración del dinero ganancial por parte de uno, puede resultar intolerable para el otro, y a veces no basta con cambiar al régimen económico matrimonial de separación de bienes.

Estos pueden venir dados por un excesivo endeudamiento, por estar ambos miembros desempleados, por adicciones, etc. Aunque también se dan casos en que precisamente las dificultades económicas o de salud, que sean sobrevenidas e involuntarias, unen más a la familia, o bien demoran la decisión hasta que se superan referidos obstáculos.

Aunque hoy en día ya no es necesario alegar ninguna causa para obtener el divorcio, detrás de cada ruptura matrimonial hay una historia y, con frecuencia, el fin de la relación tiene que ver con estos motivos que hemos visto.

Si tu matrimonio ha llegado a su final, por la causa que sea, y quieres iniciar los trámites legales para divorciarte, en Abogados Matrimonialistas estamos a tu disposición para ayudarte con todo aquello que necesites.

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